En estos tiempos, el distanciamiento social se presenta como una práctica que apunta a reducir el contacto entre las personas y frenar los contagios. Esta medida nos obliga a ser solidarios porque el que se cuida a los demás. Desde la psicología se observan pacientes que presentan malestares, ansiedad, confusión, enojos y miedos.
Los seres humanos somos seres sociales que necesitamos de otros. Por eso, es necesario comprender que en principio el aislamiento es una medida sanitaria transitoria que nos preserva de enfermarnos.
El miedo ante lo desconocido, en este momento es una reacción normal e incluso esperable y nos permite poner una marcha mecanismos de afrontamiento como los cuidados que los expertos recomiendan. El pánico puede dejarnos paralizado y nos deja sin reacción.
El aislamiento social, busca colaborar con evitar la propagación del virus, pero puede afectarnos emocionalmente, puede afectar la salud mental, que es parte integral e importante de la salud. Es sustancial evitar el aislamiento emocional. En los tiempos que corren, la hiperconectividad puede ser útil en tiempos de pandemia: hacer uso de todas las herramientas de comunicación como por ejemplo las videollamadas, las llamadas telefónicas, mensajes que permiten el acercamiento emocional.
Tenemos que evitar la desconexión y el desinterés. Además, mantener las rutinas de descanso, aseo y hábitos saludables y de alimentación.
Es vital, el compromiso colectivo para la contención, además de ser una responsabilidad social. Más allá de las sanciones posibles de “quedarse en casa” es una posibilidad de reencontrarse y compartir todas aquellas cosas que la falta de tiempo en otras oportunidades no lo permite. Con los adolescentes, podemos invertir tiempo para la conversación, poder escucharlos sin prisa, que mantengan la conexión con sus pares en forma virtual. Los niños, el tiempo para los juegos creativos. Con los adultos mayores, mantener el contacto telefónico sobre todo y con la conexión ayudar a aliviar angustias y mitigar el estrés.
Tener un propósito, algo que se venia postergando por la falta de tiempo, y nos permita mantenernos ocupados. Transformar lo que podría ser una situación que impone de afuera ser protagonista del momento, que este sea una oportunidad para cambiar cosas de nuestras vidas, y que de esta crisis transitoria se pueda volver una rutina habitual.
Es importante permitirse expresar los sentimientos que esta situación genera a cada uno, tenerse paciencia y saber que es esperable sentirse ansioso, confundido, con miedos, estresado, fatigado y experimentar malestar. Es importante darse tiempo para detectar y expresar lo que cada uno siente.
La humanidad entera se encuentra ante una situación de la que pocos conocemos y que nos desafía a cuidarnos a cada uno de nosotros y cuidarnos entre todos. En tiempo de exceso de individualismo podría ser una oportunidad para contagiarnos de solidaridad y empatía.
Lic. Eliana Salinas
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